La Universidad de Buenos Aires (UBA) iniciará el ciclo lectivo 2021 con la mayoría de sus carreras dictadas de forma virtual, aunque este año, debido a la mejora de las condiciones epidemiológicas, algunas asignaturas serán presenciales. Se llevarán a cabo bajo el protocolo de seguridad e higiene aprobado en diciembre. Las clases regulares empezarán entre marzo y principios de abril y la continuidad de este sistema mixto dependerá de la evolución de la situación sanitaria.
En noviembre, el Gobierno habilitó la vuelta de algunas materias prácticas en las universidades, tras lo que la UBA aprobó en diciembre el “Protocolo de seguridad e higiene de emergencia sanitaria para el retorno de las actividades académicas prácticas”. Desde entonces, se habilitó a las facultades y a los colegios preuniversitarios a planificar un regreso parcial a las actividades de enseñanza práctica en talleres, laboratorios y hospitales escuela.
En ese contexto, la UBA comenzó a dictar en enero de forma presencial las prácticas de algunas asignaturas, pertenecientes a las facultades de Agronomía, Ciencias Exactas y Naturales, Veterinarias, Farmacia y Bioquímica, Medicina y Odontología. La mayoría de las restantes materias continuarán cursándose de forma virtual durante el primer cuatrimestre. En la medida en que “las condiciones epidemiológicas lo permitan”, más actividades retomarán la presencialidad, señalaron.
“Con el objetivo de implementar estas actividades presenciales de forma segura, la UBA aprobó el documento de seguridad en diciembre y, a su vez, cada facultad debió elaborar y presentar un protocolo específico en función de sus características singulares, el que fue remitido a la autoridad sanitaria competente”, indicaron desde la institución.
Para eso, aquellas facultades que decidieron dictar el componente práctico de algunas de sus asignaturas de forma presencial, relevaron las condiciones edilicias y determinaron la cantidad máxima de alumnos que podría haber en cada aula, así como en los laboratorios, talleres o invernáculos. Además, tuvieron que prever en los protocolos la distribución y reposición de elementos de protección y limpieza recomendados por las autoridades sanitarias. La cantidad de estudiantes que cursarán presencialmente varía en función de las dimensiones de cada institución.
“Si bien la presencialidad es esencial para la formación universitaria, está claro que la irrupción de la TIC ha significado un aporte significativo al proceso de enseñanza y aprendizaje”, sostuvieron desde la UBA. “La situación inédita que está viviendo la humanidad ha dado un gran impulso al desarrollo de la educación a distancia y probablemente muchas de estas prácticas que aprendimos durante el último año serán retomadas en un escenario pospandemia, mezclándose y apuntalando la presencialidad necesaria de los estudios universitarios”, concluyeron.